La ocupación ilegal ya tiene solución
Debido a la crisis, el fenómeno de la ocupación ilegal ha aumentado a un ritmo desorbitado. En la actualidad las viviendas vacías son un reclamo constante para quienes pretenden vivir en ellas sin ningún coste, y también lo son para aquellos que no son propietarios de viviendas y que pretenden hacer negocio cobrando un alquiler mensual a los inquilinos.
Diferencia entre ocupación y allanamiento
Exiten dos teminologías para determinar la ocupación de una vivienda y que debemos diferenciar por las repercusiones jurídicas que pueden ocasionar.
El allanamiento de morada.
Es un delito que viene determinado por el hecho de entrar en una vivienda y permanecer en ella, la cual es el domicilio diario de una persona, «su morada», sin su consentimiento y en contra de su voluntad, e invadiendo su propia intimidad. Las penas que se se aplicarán serán de 6 meses hasta 2 años.
La usurpación de la propiedad, u ocupación.
Es un delito que se comete por parte de una persona ajena, al entrar en una vivienda cuando no es regentada diariamente por su propietario, sin autorización y residir en ella, aún cuando no es de su propiedad. Las sanciones que se aplican son de 100 a 600 euros y castigados con pena de multa de 3 a 6 meses.
¿Qué protegemos y quién puede cometer el delito de la ocupación ilegal en viviendas?
¿Cómo actúan los delincuentes que pretenden ocupar una vivienda?
La obsesión y el reto principal del intruso que desea ocupar nuestra vivienda es romper el cilindro para poder sustituirlo por otro, tener en su propiedad la llave que desbloquee la puerta y poder asentarse en el domicilio como si de su propia casa se tratase.
Debemos tener en cuenta que este tipo de delincuentes posiblemente a parte de poder entrar en la vivienda atacando a la puerta principal, también pensaran en vulnerar otros accesos que estén desprotegidos; como pueden ser balcones, ventanas colindantes a otras fincas, terrazas, patios interiores, accesos directos a la calle…, teniendo en cuenta sus intenciones, deberemos de tener especial cuidado por los puntos de fácil acceso, equilibrando la solución de seguridad al mismo nivel.
Hasta el momento creíamos que era suficiente con proteger la parte exterior del cierre de la puerta de entrada, olvidando dicha protección en la parte interior dejándola al descubierto y al acecho de cualquier ataque interno. Sin darnos cuenta estábamos facilitando la tarea al intruso, del desbloqueo de la puerta por el interior sin esfuerzo, muy rápidamente, sin ruido y lo peor de todo es que no eran ni descubiertos por ningún vecino. Es por ese motivo que nace una solución de refuerzo interior del sistema del cierre, bloqueándolo.
Solución resistente de bloqueo de cierre
Para evitar estas situaciones, deberemos aportar a nuestros hogares la seguridad óptima, adecuada y necesaria, con el objetivo de evitar y retardar el ataque por intrusión y la ocupación final de la vivienda. La resistencia física será la primera premisa por la que se optará para reforzar la primera capa de seguridad en la vivienda, el sistema del cierre de la puerta principal.
La solución que ofrecían las empresas del sector cerrajero hasta el día de hoy, era la instalación de una puerta totalmente preparada para soportar los ataques de intrusión con la intencionalidad de ocupación y usurpación de las propiedades, justo delante de la puerta principal de la vivienda, pero recientemente nace una solución más asequible en precio y en instalación, basada en escudos acorazados de seguridad con doble protección (interior y exterior) en el sistema del cierre.
El sistema nos permite controlar el acceso mecánicamente por la parte exterior de la vivienda, bloqueándolo o no, permitimos o restringimos el acceso de entrada según las necesidades del usuario en temporalidad.
El bloqueo de la parte interior del escudo nos aportará la tranquilidad de saber que cuando vayamos a salir de casa, nadie que pudiera acceder a nuestra vivienda por cualquier otro punto de acceso vulnerable, tendría la facilidad de atacar el cilindro mediante rotura, intercambiarlo y apoderarse de la vivienda.
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